Radiadores infrarrojos
Radiadores de Gas Natural
Radiadores planos
Radiadores de agua
Radiadores de aluminio
Radiadores verticales
Radiadores a baja temperatura
Radiadores de calor azul
Radiadores pequeños
Radiadores con termostato
Radiadores de hierro fundido
Radiadores cerámicos
Radiadores toalleros para el baño
Radiadores de bajo consumo
Radiadores de aceite
Radiadores eléctricos
Los radiadores son los principales responsables de la climatización de nuestros hogares en invierno. Gracias a ellos, conseguimos calentar toda la casa de forma rápida y eficaz. Cierto es que hay lugares de España en los que las casas no requieren de instalación de sistemas de calefacción fija (zonas costeras y de interior del sur de España), y las habitaciones lucen más vistosas, y con una complicación menos de por medio. En estos hogares, uno o dos calefactores, y una buena mesa camilla con su brasero correspondiente, pueden ser suficientes para pasar los rigores del invierno. Pero en el resto del país, es vital contar con una red de radiadores en casa, en mayor o menor número, con más o menos capacidad, de un tipo o de otro.
¿Qué tipo de radiadores comprar para mi casa?
Básicamente, podríamos decir que hay dos tipos de radiadores: fijos y portátiles. Los radiadores fijos suelen formar parte de una unidad de calefacción centralizada, ya sea eléctrica, a través de un único termostato, o de gas, a través de un calentador que se coloca en el exterior, y que se controla desde una unidad. En este caso, nos estaríamos refiriendo a radiadores de agua. Si no queremos centralizar la calefacción, también podemos colocar radiadores eléctricos o de aceite fijos, colgados en las paredes de las habitaciones correspondientes, para accionarlos de forma individual cuando es necesario.
Por su parte, los radiadores con ruedas o portátiles vendrían a ser calefactores de refuerzo en estancias en las que la calefacción no es suficiente, o en momentos en los que interesa calentar una habitación sin necesidad de accionar la calefacción de todo el hogar. También son muy usados los radiadores portátiles en esas regiones de España en las que no es necesario mucho más para combatir los fríos de los meses de invierno.
Pero, en realidad, se pueden hacer muchas distinciones de tipos de radiadores en función del tipo de energía que consuman, de su certificado energético, del material del que estén hechos, etc. En este espacio, vas a poder encontrar el tipo de radiador que estás buscando, junto con explicaciones que te ayudarán en la elección de la marca y el modelo.
Si estás preguntándote que radiadores comprar para tu casa, hay dos posibilidades. O que estés construyendo tu casa tú mismo, y que te estés encargando de la elección del sistema de calefacción por tu cuenta (poco probable), o que vivas en una casa sin calefacción y estés pensando en montar un sistema de calentamiento para mejorar la climatización de la misma de cara a sobrellevar los meses de frío. En este último caso, lo más práctico es apostar por radiadores eléctricos individuales en las estancias en las que sea necesario, aunque ayuda mucho sincronizarlos todos y fijar una unidad de control con termostato que nos permita conectarlos todos o manejarlos desde un único punto.
Cómo instalar radiadores de calefacción
Evidentemente, la instalación de los radiadores de calefacción va a depender del tipo de radiador. Si estamos montando un circuito de calefacción de agua, además de colgar el radiador siempre en en una zona baja, a unos 8 cm del suelo, y en una zona en la que no estorbemos de cara a colocar otros muebles, y en la que no haya fugas térmicas (hay que evitar ponerlos cerca de puertas y ventanas).
Lo que no nos quita nadie, salvo que se trate de radiadores de calefacción portátiles, es colgar los radiadores de la pared, algo que no tiene ninguna complicación si seguimos las recomendaciones del fabricante en cuanto al peso, al tipo de anclaje en función del tipo de pared, etc. Si el fabricante no aporta demasiada información al respecto, siempre podemos recurrir a los consejos de un ferretero experimentado.
Cómo purgar un radiador
Muchos no sabrá, siquiera qué es purgar un radiador, así es que empecemos por el principio. Purgar radiadores es una práctica que deberíamos llevar a cabo todos los años al poner en funcionamiento un sistema de calefacción con caldera y radiadores de agua.
¡Ojo, nunca intentes purgar un radiador de aceite!
Purgar en este caso de los radiadores significa extraer el aire. Con el paso de los meses, es posible que nuestros radiadores hayan ido acumulando burbujas de aire que en un principio son pequeñas, y pueden llegar a hacerse grandes. Las burbujas de aire impedirán que el radiador se llene por completo en mayor o en menor medida, disminuyendo así la eficiencia del mismo. Por eso, es necesario sacar ese aire del radiador.
Para purgar un radiador, hay que abrir una pequeña llave que suele estar en la esquina superior (derecha o izquierda, depende) con un destornillador o con una moneda. Al abrir un poco, si el radiador necesita purga, veremos que empieza a salir aire. Para hacerlo correctamente, debemos poner un vaso debajo, y cuando empiece a salir agua sin aire, volveremos a cerrar de inmediato. Esta operación de purga hay que hacerla con el radiador encendido.
Otro consejo es empezar siempre a purgar los radiadores que estén más cercanos a la caldera. Si se trata de un sistema de calefacción de dos plantas, debemos empezar a purgar los radiadores por la planta de arriba. Cuando terminemos de purgar, tenemos que revisar la presión de los radiadores, que es posible que haya variado, y seleccionar los valores recomendados por el fabricante.
Cómo limpiar los radiadores por dentro
Con el paso de los meses y los años, los radiadores van acumulando polvo en su interior, y no limpiarlo puede ser perjudicial a largo plazo para la salud. Para hacerlo, existen limpiadores específicos que suelen constar de un alambre alargado muy flexible, con un cepillo helicoidal. Sólo hay que introducirlo, y moverlo hacia arriba y hacia abajo.
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